Orígenes ancestrales
Al llegar a la zona que hoy conocemos como Rottweil, estos perros se cruzaron con razas locales, dando origen a un nuevo tipo de perro: fuerte, resistente y con gran instinto de protección. En esta ciudad, que fue un importante centro de comercio ganadero durante la Edad Media, el Rottweiler se convirtió en un aliado indispensable de los carniceros y comerciantes, ganándose el apodo de “Rottweiler Metzgerhund” o “perro de carnicero de Rottweil”.
Estos perros guiaban el ganado a los mercados, lo defendían de ladrones y salvajes, y a menudo llevaban bolsas con dinero atadas a su cuello por seguridad.
A finales del siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, disminuyó el uso del perro como conductor de ganado, y la raza casi desaparece. Sin embargo, gracias a criadores comprometidos, especialmente en Alemania, el Rottweiler fue recuperado y comenzó a ganar reconocimiento como perro de trabajo. En 1910, fue oficialmente declarado perro policía en Alemania.
Desde entonces, su utilidad en tareas como protección, rastreo, rescate y asistencia ha sido ampliamente reconocida, consolidándose como un perro polivalente y de confianza.